Diferencia entre Coaching y Psicología: ¿amigos?

Prácticamente desde que allá por el 2008, hice mi Master en Coaching, siempre he tenido la sensación de que se ha querido confrontar Coaching y Psicología, cuando en mi humilde opinión son disciplinas diferentes pero complementarias. Y me lo refrenda el hecho de que por nuestro Programa Especialista en Coaching Profesional, formación que enseña la metodología de Coaching (acreditada por una Asociación Profesional, ASESCO), ha pasado una considerable número de profesionales de la Psicología. Si bien los inicios fueron de mucha expectativa y cierto recelo, finalmente todos advirtieron en el coaching un método de interacción no directivo para las personas en la consecución de objetivos. Además, reconocían la excelencia y potencialidad de esta disciplina, e hicieron acopio una cantidad ingente de nuevas herramientas de aplicación a sus sesiones profesionales.
Para empezar la validación académica para desempeñar estas profesiones es bien distinta. La Psicología tiene un itinerario oficial marcado por el Ministerio de Educación, a través de una Licenciatura. En el Coaching en cambio, son Asociaciones Profesionales las que acreditan la suficiencia académica a través de Programas asimilables a un Master oficial (en duración y contenidos).
Seguidamente, un coach no se puede comparar con cualquier psicólogo. Nos podríamos comparar con los psicólogos organizacionales y del trabajo, pero nunca con psicólogos clínicos, psicoterapeutas, especialistas en educación o psicólogos experimentales. En ambos casos se trabajan desarrollo de competencias claves para el desempeño desarrollo del puesto, motivación, autoestima, gestión del tiempo o conciliación, por destacar algunos.
Cuando se trata de hablar de diferencias, las más utilizadas pero que yo no comparto todas a 100% son:
- El psicólogo se centra en el pasado y pregunta por qué. El coach se centra en el futuro y pregunta para qué (Falso, dependerá del cliente el psicólogo practicará un enfoque u otro).
- El psicólogo se centra en lo que causa dolor para sacarlo (acudiendo de nuevo al pasado) y el coach se enfocará en lo positivo (vista en el futuro). (Falso, por la misma causa del anterior punto)
- El psicólogo hace terapia sin ningún objetivo preciso sobre la mesa y el coach se mueve a en función única y exclusivamente de objetivos. (aquí si es verdad que los coaches somos integristas de la definición de un objetivo final claro y de marcarnos unas metas de desempeño, objetivos intermedios).
- Una terapia puede durar años mientras que un proceso de coaching tiene una fecha de inicio de fin. (un proceso de coaching puede durar de 6-10 meses, dependiendo del objetivo a tratar. No tenemos clientes de una facturación mensual, de toda la vida. Terminado un objetivo se puede plantear otro aunque el cliente ya posee recursos para poder actuar de forma independiente y autónoma).
Otro aspecto relevante es el hecho de que un coach necesita trabajar con una persona que posea una capacidad mínima de toma de conciencia, de darse cuenta de las cosas. Por esa razón, los coaches no trabajan con personas con traumas severos, trastornos personalidad, fobias, grandes depresiones, para eso está la mano experta de los psicólogos/as.
Según ASESCO, el coaching es un proceso en el que un coach acompaña a una persona en la consecución de unos objetivos específicos construidos por ella misma, que están alineados con sus valores, creencias y su ecosistema vital. Lo anterior implica también que:
- El coaching no es directivo (no forma, aconseja u orienta).
- Las respuestas están en el cliente y no en el profesional.
- Ofrece un entorno de reflexión a través de preguntas que propicie el desarrollo de competencias y habilidades para la obtención del objetivo.
- Se centra en cuestiones concretas y comportamientos a mejorar, sin emitir juicios y siempre motivando a la acción.
En cambio, un psicólogo puede realizar intervenciones de cierto impacto y profundidad, que hagan aflorar conflictos antiguos, con la intención de repararlos.
Y basado en su bagaje, experiencia profesional y recorrido vital puede aconsejar, orientar y ofrecer pautas para actuar al cliente.
Para finalizar me gustaría decir que creo a 100% en el desarrollo de ambas profesiones, de forma independiente y en ocasiones también de forma conjunta (por ejemplo en el área deportiva). Creo que en el enfoque práctico del coaching, que busca resultados concretos, unido al auge y popularidad de esta disciplina, ha provocado el acercamiento lógico de los psicólogos. Desgraciadamente creo que nuestra sociedad todavía penaliza que acudas a un psicólogo, pero que tengas un coach, incluso te da algo de status. Independientemente de esta consideración anecdótica, ambas disciplinas están condenadas a entenderse, principalmente porque el coaching se crea y explica, entre otras muchas, a través de la psicología.